Ayer
falleció otro de los grandes líderes del Mundo. Uno de esos líderes que entregó
su vida a una causa justa en favor de los más desfavorecidos y que pasó 27 años
entre rejas, acusado de ser un terrorista por muchos sectores políticos que hoy
reivindican su figura con gran hipocresía.
Es el
caso de Mariano Rajoy, azote de los pobres y los desvalidos, que evocaba de
esta manera a Mandela a través de su twitter:
Y esta es la propaganda que difundían las juventudes de Margaret Thatcher en los 80:
Por otro lado, Mandela estuvo en la lista de terroristas de EEUU hasta 2008.
Si bien
es cierto que en los primeros años de su lucha, Mandela se inclinó por la estrategia
no violenta pero activa, pronto la feroz represión que el gobierno sudafricano
ejercía sobre la población negra del país a la que trataba prácticamente como
esclavos, le empujó a optar finalmente por la vía militar para defender sus
derechos.
En 1959
el Congreso Nacional Africano, cuyo representante más conocido fue Nelson
Mandela y que estaba formado por el Congreso de Sindicatos de Sudáfrica, el
Partido Comunista de Sudáfrica y el propio Congreso Nacional, sufre una gran
escisión que toma el nombre de Congreso Pan-Africano.
Tras la
masacre de Sharpeville en 1960, en la que murieron 69 activistas del Congreso
Pan-Africano, esta organización opta por la lucha armada. Tras una gran conferencia
entre el Congreso Pan-Africano, el Partido Comunista y el Congreso Nacional,
estas tres organizaciones optan por una estrategia común y Nelson Mandela hace un
llamamiento a las armas y forma el comando “Umkhonto we Sizwe”, el cual estaba
dirigido por el propio Mandela. De este modo pasó a ser considerado como
terrorista por la ONU.
En
salidas clandestinas del país, con el fin de establecer contactos
internacionales, Nelson Mandela tuvo un gran acercamiento a la Cuba socialista
y estableció una verdadera relación de amistad con el Comandante Fidel Castro,
que perduró por siempre.
Nelson
Mandela fue ante todo un luchador, comunista y antirracista que siempre puso
sus principios por delante de cualquier concesión a los opresores. En 1985, el
Presidente de Sudáfrica, Pieter Willem Botha, ofreció a Mandela ser puesto en
libertad condicional a cambio de que este renunciase a la lucha armada. Mandela,
rechazó esta oferta con las siguientes palabras: “¿Qué libertad se me ofrece,
mientras sigue prohibida la organización de la gente? Sólo los hombres libres
pueden negociar. Un preso no puede entrar en los contratos.”
Hoy, tras
la desaparición física del líder sudafricano, todo el mundo se ha volcado en
evocar su ejemplo y lanzar mensajes laudatorios a su persona, incluidas las
derechas liberales de todos los países, que con sus políticas representan todo
lo contrario a lo que siempre representó Nelson Mandela. No dejemos que en su
ausencia se apropien de su figura precisamente aquellos a los que combatió y en
vida.
Nelson Mandela
siempre estará en los corazones de los oprimidos de todo el mundo y servirá de
inspiración para las generaciones futuras.
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